Crítica: "El atlas de las nubes"

La última película de los Wachowski (y un tal Tom Tykwer) lleva suscitando opiniones negativas desde allá su estreno en EEUU, mientras que en España aún nos quedan varios meses de escena para encontrar su título entre la cartelera: "El atlas de las nubes (Cloud atlas)". 

    No he encontrado ningún resumen que sacara todo el jugo a la necesaria introducción para esta obra, así que os cito la información de Filmaffinity y luego ya me encargaré yo del resto: Conjunto de varias historias que se desarrollan en el pasado, el presente y el futuro. Cada una de ellas está contenida en la anterior, y todas están enlazadas entre sí por pequeños detalles. (FILMAFFINITY)

    Los hermanos Wachowski tienen un grave problema asociado a su grandilocuente concepción del cine: la pretenciosidad, que al resultar muy fallida se convierte en el peor fracaso del cine actual junto al aburrimiento, aunque se puede imaginar solo con ver lo horrible que es la palabra en sí. No obstante, ese desorbitado deseo de crear épica no les ha funcionado mal en otras ocasiones, como en "The Matrix" o "V de Vendetta". 

   Con "El atlas de las nubes" es complicado resolver hasta dónde han traspasado esa línea de la pedantería y hasta qué punto han transformado un maravilloso relato en un producto excesivo y vacío. Vamos, en un lenguaje más cordial, cada uno podrá decidir si se han pasado esta vez o no. 

   La compleja historia que nos atañe tiene como fin descubrir la conexión entre los tiempos y entre las personas, a lo largo de la Historia. "Todo está conectado". Para una adecuada articulación de esta monumental interrelación de espacio y tiempo, las seis escenas que componen el argumento cumplen con una función específica. Sin embargo, debido a un difícil ejercicio de dirección que además ha sido ejecutado con torpeza y equivocación de los tiempos, los diferentes sucesos que parecen funcionar separados se entremezclan en un caótico y mal planificado mapa de acontecimientos. Pero si además añadimos que algunas historias no aportan absolutamente nada, el resultado final es aún más desastroso. Me explico. 

    Las historias más emotivas e importantes son precisamente las más actuales en cuanto al contexto. Una de ellas la protagoniza una joven periodista que investiga en los años 70 una supuesta conspiración para producir un accidente nuclear y favorecer a las compañías petrolíferas. Otra, en el Seúl manufacturado y consumista del futuro, una camarera de comida rápida creada a partir de ingeniería genética que se unirá a una revolución contra el sistema. Y la última, a través de la cual se enlazan y se narran el resto, es protagonizada por un hombre (Zachry) del futuro lejano, en el cuál la tierra ha regresado a su estado primitivo. En estos tres fragmentos reside la principal función del desarrollo de los acontecimientos, es decir, protagonizan los momentos que más tensión e interés provocan en el espectador. 

   Luego hay otro relato que podríamos situar en un nivel intermedio, sobre un joven músico bisexual de principios el siglo XX que trabaja como copista para un viejo compositor. Si bien la historia en sí no  contribuye prácticamente nada al desarrollo de los acontecimientos, su intensidad y clímax encajan perfectamente con las anteriormente citadas. 

    Sin embargo, luego existen otro par de historietas (una sobre un abogado y el tema de la exclavitud en EEUU y otra que cuenta la aventurilla de un anciano y su gran evasión de la residencia en la que ha sido internado) que no aportan nada a la evolución de la película, realentizando el ritmo y creando una incómoda confusión de información en el púbilco. Es cierto que son simpáticas y que sus temas concuerdan con la conclusión del filme, pero eso no justifica que su mala disposición a lo largo del metraje perjudique además al resto de las crónicas. Al final, todo se resuelve en un inevitable efecto de reinicio constante (como si se desenvolviera en diferentes capítulos de una serie) que agota y puede terminar por aburrir al espectador. 

    La originalidad de esta propuesta la encontramos en los enlaces entre los distintos relatos, generalmente por medio de antepasados, cartas, libros o incluso la música. Es una predestinación a la inversa en la que vamos descubriendo simultáneamente de qué manera se han desarrollado los diferentes sucesos para concluir en el último (y primer, puesto que aparece en el mismo prólogo) punto de la cinta, la era post-apocalíptica. 

   Aunque el producto acabado resulte interesante y entretenido, lo cierto es que la última sensación que permanece en el espectador es la de haber visionado una obra incompleta. Esto se debe a que las historias no se terminan de desarrollar en sí mismas (no porque posean un final abierto, sino porque no consiguen calar en el público ni en la propia trama) y que además la multitud de personajes principales que encontramos, todos tremendamente carismáticos y bastante bien interpretados en general, se pisan los unos a los otros hasta sumirse todos en la nulidad. El único personaje que más sobresale y que por tanto mejor está construído (desde el aspecto narrativo) es el de la coreana Somni-451.

    Por tanto, el único punto meritorio que se puede extraer de "El atlas de las nubes" es la estupenda ficción que hereda de la novela en la que se basa. Su composición y estructura tipo mosaico, diferente a la del libro, no se desempeña con acierto en la adaptación cinematográfica. Y todo esto, sin comentar nada de su sobrada duración (más de dos horas y media). 

    La fotografía, los efectos especiales y la dirección de arte (sobre todo en cuanto a vestuario y maquillaje) son los puntos más fuertes de la película, al conseguir recrear varias épocas con tanta precisión (quizá no estrictamente histórica, pero sí relativa). 

    Los actores, sobre los que se intenta volcar todo el peso de la película con resultado igualmente frustrado, demuestran su versatilidad interpretando a varios personajes a la vez (de las seis escenas en total). El más sobresaliente, en mi opinión, es Hugo Weaving que hasta se atreve con el travestismo. También Tom Hanks está muy correcto en todos sus papeles. Me sorprendió, a su modo, Halle Berry en la piel de Luisa Rey, la intrépida periodista norteamericana, con una desenvoltura de agradecer. El resto del reparto, repleto de estrellas, es el siguiente: Jim Broadbent, Jim Sturgess, Doona Bae, Ben Whishaw, James D'Arcy, Susan Sarandon y Hugh Grant. 

  En resumen, "El atlas de las nubes" convierte un relato de imaginación suprema en un irregular mosaico de eventos, transmitiendo emociones a medias, apoyándose en el típico discurso revolucionario e insubordinado tan recurrente en estos días. La recompensa emocional al final de la película dependerá de la persona que esté tras la pantalla. La narrativa es tan difusa y la identificación de los personajes tan vaga, que solo aquel que esté verdaderamente dispuesto a emocionarse con la película, lo hará. Era una gran apuesta, perdida en la incapacidad de los directores. 

   Se la recomiendo a todo aquel que busque un rato de entretenimiento, aunque la actividad cerebral será necesaria para asumir y asimilar la cantidad de información, personajes y hechos que se desarrollan en la pantalla, y que en mejores manos no habría supuesto ningún esfuerzo para el público. Las historias y la ficción, aunque en conjunto pierdan mucha fuerza (para muchos será un relato vacío), también se pueden disfrutar.

CALIFICACIÓN: 6