Análisis de "I, Pet Goat II"

¿Os ha enganchado “I, Pet Goat II”? ¿Os faltan detalles por deducir? Entonces no os vayáis muy lejos, porque he elaborado mi propio análisis del vídeo (para el que he investigado un poco) con el fin de intentar resolver todas las incógnitas. O, como poco, ayudaos a comprender mejor la genial locura que acabáis de ver.

Como os comenté previamente, la magia de “I, Pet Goat II” habita en su simbolismo, en sus iconos y mensajes ocultos. Es como un puzzle en movimiento, un rompecabezas del que con seguridad cada uno extraerá su propia e identificativa interpretación. Aquí os traigo la mía, bastante imparcial y muy poco catastrofista. Paciencia, es bastante extensa.

Antes de nada quiero deciros que este vídeo ha sido numerosas veces eliminado de Youtube por los administradores y no creo que sea por su contenido sexual ni violento…  Es el poder de Drako. Si leéis esto, lo comprenderéis.

“I, Pet Goat II” (“Yo, la cabra mascota II) se inicia precisamente con la aparición de dicho animal. Una cabra asoma la cabeza desde su caja, en la que está encerrada. Ese instrumento de opresión está reforzado en el exterior con una alambrada (tan semejante a las cárceles de máxima seguridad…) que no parece tampoco muy amistosa. Un foco ilumina la presencia del pobre animal (que no parece ni mucho menos amenazador), señalando al protagonista indiscutible de la película: la cabra (Pet Goat). Por muy descabellado que suene, señoras y señores, esa cabra somos cada uno de nosotros.

En la caja de madera, bajo el animal, se puede apreciar el dibujo de un guardia de seguridad sujetando a un perro en actitud ofensiva. Otro elemento de represión. Además la cabra está señalizada, como cualquier pieza de ganado, solo que en esta ocasión es un código de barras con los números “666” lo que tiñe su piel. La marca es tan solo un símbolo de control  sobre nosotros y el 666 no hace referencia necesariamente a nada satánico, sino al mal en sí. La cabra, es decir, la humanidad, está oprimida, encarcelada y controlada, en favor de ciertas maldades.

Además, alguien parece hipnotizar a la cabra desde el exterior de la alambrada: el domino absoluto de la mente. “Alguien” oculto o sin apariencia corpórea concreta, hipnotiza a la humanidad para amansarla, domesticarla. Esa represión de la que os hablo, no es física ni violenta, sino mental. Yo, cabra mascota.

 Pero… ¿por qué una cabra? La cabra en principio no es un animal hostil, de hecho es salvaje pero domesticable. Sin embargo, es una especie que debe vivir en cierta libertad, en la naturaleza y que tiene herramientas ofensivas muy útiles en caso de que deba defenderse. En este caso, su estado hipnótico se lo impide.

Ya en los primeros fotogramas encontramos evidentes referencias a teorías filosóficas, como El contrato social de Rousseau: el hombre es libre por naturaleza, pero se encadena prescindiendo de ella para una convivencia en sociedad apacible. Aunque el encarcelamiento de la cabra parece más por imposición que por voluntad propia, los individuos que parecen mantenerla presa en cualquier caso formarán parte de la sociedad. Yo creo que es un ciclo de retroalimentación, en el fondo nos auto-reprimimos como parte del colectivo.

En la siguiente secuencia aparecen dos manos con piel de reptil (el mal, el veneno) que agarran las cuerdas de un títere. Fijaos bien en sus dedos: un anillo de oro con una serpiente en forma del símbolo del dólar o del dinero y lo que parece un sello de lacre… o sangre. En el anillo de la serpiente encontramos el primer símbolo plenamente religioso. En el génesis, el diablo toma la forma de una serpiente para corromper a Adán y a Eva. Desde entonces, la serpiente siempre ha significado el mal y la tentación. Hoy día… ¿Qué otra cosa podría aunar la corrupción, el mal, el control y la tentación que el dinero?

El sello de lacre se usaba antiguamente a la hora de cerrar documentos de papel. Generalmente, se usaba en los tratados, pactos… Que, según el vídeo, suponen un derramamiento de sangre (como el lacre se derrama por la mano…). Este punto se acerca a lo conspiratorio, pero nadie puede estar en desacuerdo a la hora de admitir que se mueven muchos hilos clandestinamente en política internacional (si os menciono Wikileaks, os quito de toda duda). Más que el secreto, yo creo que denuncia las alianzas bélicas.

Esos hilos mueven a un títere que… ¡vaya por dónde! ¡Si es el expresidente de los EEUU! Por supuesto que los gobernantes se mueven por sus intereses monetarios y conflictivos, pero George Bush fue un caso absolutamente perjudicial para el panorama mundial. En las sombras se revela como un ser amargado, triste… Pero en cuanto los focos hacen acto de presencia, inicia un estúpido pero alegre baile. Todos conocemos ese juego de despiste y distracción que se le daba tan bien a Bush…

Es imprescindible identificar la habitación en la que se encuentra nuestra estrella: una escuela de primaria. Ahora es cuando empezamos a atar los primeros cabos. ¿Dónde se encontraba G. W. Bush el 11-S en el momento de los atentados? En una escuela. Casualmente, los alumnos de aquel centro educativo de Toronto fueron deleitados con la lectura, por el actual presidente, de un cuento: The Pet Goat. De ahí viene el nombre de esta animación, que mucho tiene que ver con los atentados del World Trade Centre…

Volvemos con Bush, que después de sentarse empieza a experimentar una creciente agitación, sin duda por la noticia de los atentados. La música potencia la tensión.

No solo se comporta como un imbécil, con movimientos, palabras incoherentes y gestos de incógnita e incomprensión, sino que lleva un gorrito ridículo con una D de “Dumb” (tonto en inglés). Nadie pone en duda la simpatía que despertó este señor.

Previo a encontrarnos con el siguiente personaje, vamos a analizar la clase…

En la pizarra tenemos como elemento principal un juego del ahorcado inconcluso. La palabra que se oculta tras los espacios es “Evolution” (evolución). Aunque al muñeco aún le falta una pierna por dibujarse, ya está ahorcado, impidiendo que se complete la evolución. Simboliza el impedimento de progreso de la humanidad. Pero hay más…

Si subimos un poco la mirada podemos alcanzar a observar las fases de la teoría evolutiva de Darwin. No obstante, el homo sapiens sostiene un arma de fuego y frente a él se alza un muro que lo separa de la última fase: el hombre sin armas, la victoria de la razón ante la violencia. El hombre racional y libre es nuestra meta, el definitivo eslabón evolutivo.

Junto al póster de Darwin, un reloj marca las 12:00: la hora de empezar un nuevo día. Es una invitación del vídeo a la movilización, ¡es la hora de empezar! ¿Pero qué hay que empezar? Lo iremos averiguando…

A parte del juego del ahorcado, en la pizarra podemos diferenciar varios dibujos. El tiburón ha sido identificado como “un tiburón de Wall Street”, es decir, los bancos. La casa ardiendo, la burbuja inmobiliaria. Y bueno, el pene sobre el tiburón… No hay mucho más que decir, es bastante gráfico. Toda la pizarra es un mapa de la crisis económica que el mundo entero vivió hace unos años.

Bajo la pizarra hay un póster de un cerebro dividido en dos. Representa la destrucción del razonamiento humano, que surge de la unión de los hemisferios cerebrales. Además, en este caso, la parte “creativa” del cerebro humano (la derecha) está siendo amenazada por un dragón, “Draco” en latín. Justamente, ese nombre adoptará un futuro personaje de la animación, alegoría de las nuevas tecnologías que minan determinantemente nuestra imaginación…  

Las dos “F” corresponden a la fórmula de la ley de Newton de acción-reacción, es decir, que toda acción tiene sus consecuencias… También las malas decisiones.

El mapa de los EEUU a la izquierda del plano, aunque a simple vista parezca convencional, posee cuatro chinchetas clavadas en puntos clave… La costa Este (11-S), el golfo de México (el accidente de la planta petrolífera), Nueva Orleans (huracán Katrina) y otro que no consigo identificar, pero que tiene que estar relacionado a la fuerza con alguna catástrofe estadounidense en los últimos años.

No os olvidéis de la pegatina del búho: símbolo de la sabiduría, por su vinculación helénica a la diosa Atenea.

Aparece B. Obama, un tipo carismático y educado. El birrete negro indica su condición más académica, más excelente, que supondría un mayor grado de inteligencia bajo el sombrero. Cuando se abre el plano alcanzamos a distinguir un teleprompter que indica que todos los movimientos de Obama están guionizados. Todo es un espectáculo de luces y sombras.

En el nuevo plano conocemos a un nuevo personaje: la niña Lily. Sentada sobre el suelo, rodeada de cuerpos inertes, grises (en inglés diríamos “blue”), atormentados y deshechos. El círculo que la rodea (logo de Heliofant; es el mensaje que defienden) parece protegerla. Sus rasgos son tan puros e inocentes como su mirada y los colores que la visten. En sus manos sostiene una fruta: la manzana de la sabiduría (el fruto prohibido del Génesis, que crecía en el Árbol del Conocimiento). Su pureza es tal, que acaba resignándose y la deja caer. No le pertenece a ella, no es suya, no quiere pecar. Justo en esta escena, al fondo, un conejo blanco se ilumina. Puede ser un homenaje a Lewis Carrol y a Alicia en el País de las Maravillas, en dónde el conejo estimulaba la curiosidad de la niña protagonista. Sin embargo, en esta ocasión Alicia (Lily) no seguirá sus inquietudes y dejará escapar “la verdad”. Es la rendición del emprendedor, los impedimentos de la virtud (religiosa). Si os fijáis en el fondo, la puerta de salida se ilumina: está abierta, pero nadie abandona la sala.

El fruto rueda hasta chocar con el pie de Obama, el mismo que pisa una moneda plateada para representar la situación económica de EEUU (la tremenda pobreza de algunos ciudadanos, pisoteados por los grandes millonarios). En el suelo hay escrito un “LC” cuyo significado se nos antoja un auténtico misterio. Algunos aseguran que significa “Lewis Caroll”, como nexo y explicación de la última secuencia; otros apuestan por “Liberal” y “Conservador” o “Lucifer” y “Christ” (Cristo). En cualquier caso, yo opto más por un símbolo de dualidad como el que representan las dos últimas posibilidades, pues será un leitmotiv constante durante el resto de la animación. Sí, la dualidad platónica y la taoísta (yin yang). Más filosofía.

La manzana se abre, se rompe: el cerebro dividido del póster escolar. No obstante y a pesar de la imposibilidad del hecho, la semilla se une y de ella surge increíblemente una flor de loto. Es el florecimiento de la conciencia, de la mente, que a pesar de su ruptura física por el choque contra los opresores (el gobierno), es capaz de rencontrarse para encontrar la sabiduría. ¿Habéis oído alguna vez aquello de que el ser humano solo aprovecha un 20% del potencial total de su cerebro? De ahí la inquietud posterior de Obama, quien se da cuenta de lo que supondría el florecer de la mente en la sociedad… El pensamiento independiente e individual, la lucha activa contra la opresión y la desaparición de los gobiernos inútiles.

Se abre un plano exterior, salimos fuera de la escuela. En una pared hay un graffiti en el que, con dificultad, se lee: “Psalm 23” (Salmo 23). Seguro que os suena, aquel que dicta “El señor es mi pastor, nada me falta. En verdes praderas me hace reposar…” etc, etc. Típica oración que se recita en tiempos o momentos difíciles. Antiguamente lo pronunciaba el reo antes de su condena final. Es, sin duda, un presagio de malos tiempos…

El paraje exterior es inhóspito, cubierto por un manto de nieve y hielo opaco. Es el cambio climático, que ha alcanzado a los continentes. También el hielo representa el frío panorama internacional y social que en ocasiones predomina la actualidad.

La bandera de los EEUU se rompe (bipartidismo): América ya no es lo que era. Los atentados supusieron una ruptura en la mentalidad, organización y gobierno estadounidense.

Al fondo, unas torres gemelas ya incendiadas (¿y los aviones? ¿Qué insinúan?) se derrumban hasta convertirse en polvo. ¿Eso era una implosión? Lo cierto es que sí.

Según se aleja el plano, aparece un niño con una careta triste lanzándose al agua. Una representación lírica de “caer en picado” (situación protagonista y decadente tras los atentados), los suicidios de los muchos trabajadores que se lanzaron desde las torres y la pérdida de la inocencia. Asimismo, este personaje es llamado por sus creadores l’Enfant Bleu (el niño azul), que no es sino el nombre de una organización que ayuda a niños víctimas del maltrato en la realidad. ¿Os acordáis de las figuras que rodeaban a Lily en la escuela? También eran azules.

Una barca con la cabeza de Anubis, Señor de los muertos en la cultura egipcia, surge de entre una nube de humo portando a alguien en su interior. Parece que es casi el mismo humo que el derrumbamiento de las torres ha dejado tras de sí…

Bin Laden dirige a un ejército de misiles armados, vistiendo un uniforme de la CIA (por la relación que tuvo con él) y unas alas negras. Un ángel oscuro, caído. El mal. Acción-reacción: alienta a sus seguidores a alzarse en conflicto, mientras una luna roja (símbolo del Islam) ilumina la escena. Esta luna está invertida, representando la malinterpretación y corrupción de las religiones (en concreto, la del Islam, que en ocasiones se ha utilizado como excusa para cometer matanzas y asesinatos).

En la siguiente escena, un pozo en último plano bombea petróleo hacia el mar. Es una referencia al derrame de petróleo en la planta de México. Gotea de forma similar a la de un reloj de arena…  La cuenta atrás hacia el agotamiento de este combustible (uno de los motivos por los que comenzó la ocupación estadounidense en Oriente Medio).

La estatua de la libertad, ubicada en verdad sobre una estrella de once puntas, se asienta sobre una estrella de David, símbolo del judaísmo. Otro elemento religioso que conllevará a un acto destructivo, esta vez la desaparición de la “Llama de la libertad”. Las llamas van a jugar un papel importante a lo largo del corto.

Un niño se está gestando en un huevo y un ojo de reptil en una pantalla lo vigila inquietamente. Estamos asistiendo al nacimiento de un personaje principal, Ludovic. “En latín, ludo significa “jugar” y ovis, “huevo”. El huevo es un símbolo del potencial, de la genética y del alma. También puede significar “oveja” en latín. Pero, en realidad, Ludovic viene de un nombre germánico que significa “ilustre en el combate””. Los propios Heliofant nos dan las claves de esta figura imprescindible para el vídeo. Una vez más, la humanidad se ve representada en la pantalla, pero en esta ocasión es la juventud la que toma protagonismo, el potencial de la sociedad. Aunque también podemos continuar siendo como borregos, nuestro nombre nos invita a luchar.

Pronto vamos descubriendo lo que porta la barca… Una persona resplandeciente con un corazón en llamas tatuado en su pecho. Se enfoca su rostro, durmiente, en el que alcanzamos a ver un tercer ojo dibujado sobre la frente. Es eso precisamente, el ojo de la mente, de la verdad. Pero si el hombre no despierta, el ojo no podrá ver.

Drako es el siguiente personaje que aparece. Un hombre viejo, agresivo, malvado y rico (por el pendiente de oro colgando de su lóbulo). Heliofant también nos da todas las claves para entender su significado: “El Hechicero, la mano oculta y el espíritu de la locura, buscando siempre más control a través de trucos, mentiras, venenos, eventos de falsas banderas, guerras y montañas de burocráticos y legales sistemas para extraer la energía de los habitantes de la Tierra. Teme tanto la luz del día como a sí mismo, y actúa en las sombras. Su mayor poder es el control sobre la emisión de la moneda.” El hecho de que Drako esté confinado en una pantalla no es ninguna casualidad. La televisión, el ordenador, pueden ser un ataque continuo a nuestra realidad con sus informaciones y verdades a medias.

Ludovic, el niño huevo, ya  ha crecido (parece adolescente) y está sufriendo el control y la alienación de Drako (recordad el control monetario… ¿estamos desarrollando a Marx?), que lo vigilaba desde su gestación (control de natalidad). El pobre chico, tendido en el suelo, deprimido y sin fuerzas, parece atrapado por sus propios delirios y la droga, un problema que está más que a la orden del día. Fijaos en las agujas y las pastillas del suelo. Además, su cerebro se ha fundido… La yema del huevo está vertida sobre sus hombros. Viste con ropas egipcias, así que será de suponer que esté relacionado con el hombre de la barca de Anubis.

En sus ojos se reflejan la “caída de los mercados” y “guerra encubierta”, inyectados en lo que queda de su cerebro.

Unas naves (cuya forma muchos han identificado como un símbolo masónico…) atacan una mezquita. Reacción estadounidense. Una mariposa blanca arde al contacto con el hombre de la barca.

Volvemos a encontrarnos con l’Enfant Bleu, junto a una llama. En la web de Heliofant, describen a este personaje como “El guardián de la llama”. Las primeras pistas de un fuego empiezan a extenderse por la humanidad y los niños salvados son los encargados de mantener esa fuerza vital en el tiempo.

La siguiente imagen es una de las más complicadas de descifrar y de las más duras. La “Pietà”, como ha sido nombrada por Heliofant, es un homenaje a La Piedad de Miguel Ángel y a la Venus de Urbino. En esta versión, una mujer musulmana sostiene a su hijo muerto entre sus brazos, sobre una gran concha. Llora desconsoladamente. También es un tributo a todas las mujeres que sufren en la guerra, por la muerte de sus seres queridos. Al fondo del plano se distingue una explosión nuclear, así que os podéis hacer una idea del escenario del que somos testigos. Más que una idea profética, creo que es un testimonio del dolor que provocaron las guerras en Iraq por la creencia de una posesión de armas de destrucción masiva. Por cierto, ¿sabéis que hace unos años un exmilitar estadounidense denunció al ejército de haber lanzado durante la Guerra del Golfo una bomba atómica sobre la zona entre Basora e Iraq? Nunca hubo pruebas a favor de la acusación, pero tampoco en contra. Sin embargo, los casos de cáncer aumentaron drásticamente los años siguientes entre la población iraní…

El niño fallecido se llama Aali, “el corazón girador del Islam ha despertado al Dios único y verdadero. Él es libre y nunca necesitará ningún control.” Por su frente se cruza un escarabajo, alegoría egipcia de la resurrección. La muerte le hizo libre, pero también traerá una nueva consecuencia: la resurrección del auténtico Dios. ¡No os llevéis las manos a la cabeza! Os repito que este vídeo no habla sobre la llegada del Anticristo ni nada parecido, porque tendremos que esperar para comprender quién es el auténtico Dios de la humanidad. Sea como sea, las guerras de Oriente Medio parecen ser el primer signo para su llegada a la Tierra…

Una niña soldado africana sostiene un rifle entre sus manos. Sus ojos están llenos de ira, robotizados, es el producto de los niños soldado. El hombre a su izquierda desata un lazo de su pierna, convirtiendo a la niña en un auténtico autómata a sus órdenes, sin inocencia, sin infancia. Ese es su regalo.

Juan “Pepito” es el hispano que se ahoga en un líquido verde de la secuencia posterior. En sus manos, un martillo y una hoz. La explotación obrera y económica, sumados a la degradación medioambiental (eso representa el líquido verde), se lo tragan y lo ahogan en la desesperación, lo destruyen. La denuncia a los Estados comunistas es sutil, pero eficaz.

Sun-Sue, la chica que iza la bandera blanca, corre hacia los tanques para defender la paz. Un símbolo del yin-yang ilumina la escena: la paz y la guerra, el bien y el mal.

En el dorso de su chaqueta podemos ver un tigre, alegoría de su espíritu bravo y feroz. En su cara contemplamos los dibujos de un símbolo nuclear tachado y un corazón, representación de sus convicciones y metas.

Un esqueleto, sofisticado y elegante, disfrazado como un maestro de ceremonias, agarra a Sun-Sue del hombro. Festeja y celebra. Es la muerte, que últimamente ha tenido una demanda de trabajo abrumadora. También es la represión, la amenaza de alzarse contra los poderosos. Su aparición desalienta a la joven, que abandona su enfurecida batalla por la paz.

Por primera vez en toda la animación, observamos la figura al completo del hombre de la barca egipcia. Por sus rasgos, ropajes y características podemos identificarlo como un Jesucristo inconsciente. Muchos querrán ver lo que quieren ver, pero el uso de Jesucristo como elemento clave de la historia no es una exhibición de cristianismo incongruente. Cristo siempre ha representado unos valores fundamentales en la sociedad, la lucha contra la opresión, la sabiduría, la paciencia, la sinceridad, el coraje y la pasión. No es una referencia a la Iglesia, de hecho, pronto comprobaremos que esta figura ha sido escogida con la intención de abrir algunas heridas...

Un Jesucristo resucitado realiza un viaje místico hacia el verdadero despertar. Bajo sus pies, la misma llama de su corazón empieza a crecer. El fuego será su insignia. El humo empieza a disiparse. Lo de su frente no es una corona de espino, sino de alambre. ¿Recordáis la alambrada de la cabra? A partir de aquí, el mensaje se convierte en una exclamación activa y profética.

Ludovic sufre una auténtica tortura por Drako, de la que intenta liberarse. De hecho, se ha incorporado. Su actitud pasiva empieza a variar. El niño huevo es la lucha corporal y física del renacer de Cristo.

Un bostezo de Jesús acerca el final de la animación. Lanza una llamarada de su boca: el fuego de la verdad. Jesucristo representa a nuestra conciencia, nuestras mentes dormidas. La esperanza de la humanidad no es un mesías ni un superhéroe, somos nosotros mismos despertando en la realidad, activando nuestras mentes y siendo conscientes de nuestros lazos y capacidades.

En la cueva, Jesús atraviesa una roca con forma de corazón. El amor, la fraternidad es un estado que la humanidad también debe alcanzar. No se refiere a algo espiritual, sino a la paz entre naciones. A contraluz, el cuerpo de Cristo se revela como una llama contenida, una llama poderosa y divina. A su paso, toda la estancia comienza a derrumbarse.

L’Enfant Blue, los niños que sufren y han sufido, mantiene ahora la llama viva mediante una danza en la que intercambia sus caretas. La primera, pertenece al rostro de la diosa hindú Kali, esposa de Shivá. Es considerada como la Madre universal, la destructora de la maldad.

Los peces que se lanzan a la barca pueden significar el hambre en el mundo, pero también pueden estar relacionados con el milagro de los peces y los panes, es decir, un futuro de abundancia.

La siguiente imagen es muy curiosa, pues toda la estructura de hielo dibuja a un hombre tumbado con una erección. El cielo se abre y de él surge una mano, que señala directamente al falo (si os fijáis, cuando el plano se acerca, podéis encontrar manchas blancas alrededor de la figura…).

El falo resulta ser una prisión, custodiada por dos símbolos: un corazón parpadeante y una cruz cristiana. En su interior, se encuentra una mujer mayor y semidesnuda. Su nombre es Madame Q. Este personaje representa el sufrimiento por el sexo, ya sea por su represión (la cruz) o por el desenfreno (el corazón, que parece de un burdel). No cabe duda de que también es una alegoría de la prostitución, del abuso de la figura femenina por parte de los hombres durante muchísimos años y de la vergüenza sexual. Por eso Madame Q se esconde e intenta escapar de la luz, que finalmente la atrapa. Aunque la escena es un poco explícita y desagradable, se entiende que a pesar de la edad, Madame Q continúa con una menstruación que simboliza un estigma social que marca a la mujer desde su nacimiento hasta su muerte: precisamente, su condición de ser mujer.

La mano del cielo no denunciaba la humillación de la pobre anciana; le tendía la mano en símbolo de unión, respeto e igualdad. Su luz acaba con el estigma.

Cristo continúa su viaje espiritual a través de la cueva. Esta vez atraviesa un arco con forma de ADN, que supone la aceptación de la evolución. Ciencia y religión se unen, pues sobre el arco podemos observar un rosetón, típico de una catedral.

L’Enfant Bleu continúa sus danzas alrededor del fuego, a cada vez más vivaz y motivado.

Jesucristo surge de entre una muchedumbre gris, trajeada y tan inerte e inestable como el humo. Se tienen rígidos y en pie, como un ejército burócrata, alineados y dirigidos por sus jefes. Son polvo, viven su vida en la miseria: “Polvo eres y en polvo de convertirás”. Una onda expansiva deshace a los seres grises, que parecen haber surgido de la novela de Michael Ende, “Momo”. El fuego del corazón de Cristo brilla con su más impresionante fulgor.

El cobarde y enigmático Drako huye  y Ludovic por fin es libre. Se levanta y se mueve con paso decidido: por fin ha tomado el control de sí mismo. La humanidad comienza a despertar y a recuperar su libertad. 

La muerte sigue intentando controlar la situación, como si fuera el director de una orquesta de conflictos por la libertad. Sin embargo, la ventisca que lo rodea le complica cada vez más la labor.

Un niño vestido como Mevleví, se alza en lo alto del cielo, volando sobre la brillante y pura luna blanca. Esta escena, aunque breve, es de las más significativas del vídeo y con alto contenido cultural. Los Mevleví son una orden religiosa musulmana cuya sede está en Turquía. Realizan una danza llamada Sema, con el fin de lograr una meditación mística por medio de la música y el movimiento circular (el círculo, la perfección). Esa danza a través de la cuál se puede alcanzar el éxtasis religioso simboliza (sí, he tirado de Wikipedia en esta ocasión) “la ascendencia espiritual hacia la verdad, acompañados del amor y liberados totalmente del ego”. La liberación de la conciencia, el alcance de la verdad y la fraternidad universal: el mensaje principal del vídeo. Pero hay más… ¿os acordáis del niño giratorio del Islam? A los Mevleví también se les conoce como “giradores”. ¡Sí, es el mismo Aali! A este punto se refería la resurrección del auténtico Dios: la verdad, el amor y sobre todo... ¡la libertad! Como recitaba Espronceda, ¿qué es mi Dios? Mi libertad. El auténtico Dios de la humanidad.

 El niño girador, que representó la religión islámica y sus supuestas injusticias (y cualquier religión, me atrevería a decir), renace convertido en el “portador de luz” (el significado de esa enorme falda blanca), que ilumina a la, hasta entonces, sombría humanidad. Sobre el suelo terrestre, podemos observar que se representan diferentes civilizaciones unidas en un mismo plano.

Otra danza se desarrolla al mismo tiempo. L’Enfant Bleu continúa avivando la llama de la verdad para propiciar su despertar, llevando las máscaras de un pez, un oso y un pájaro. Los cuatro elementos se unen (fuego, agua, tierra y aire) para ensalzar el valor de la naturaleza. Es el homenaje al medio ambiente, en el que también encontramos la clave de nuestra esperanza. No solo tenemos que aprender a respetarnos como civilizaciones o culturas, también debemos cuidar el hogar que tenemos en común: la Tierra. Cuando L’Enfant Bleu comprende esta realidad, muestra su propio rostro feliz y lleno de júbilo. 

Heliofant manda un mensaje educativo a la infancia, representada por L’Enfant Bleu, que debe comprender el valor de la naturaleza y el medio en el que viven para poder labrar un futuro común y próspero. La luz ilumina la estancia y la conciencia medioambiental del niño azul ha despertado.

Cristo abandona la cueva a través del último arco, con forma de vagina: finalmente, ha renacido. La personificación de la mentalidad de toda la humanidad ve la luz y renace en una nueva era. A su paso surgen del fondo de las aguas varias flores de loto, aquella sabiduría y entendimiento que tanto incomodaba a Obama en los primeros minutos del vídeo.

La humanidad se ha deshecho del control político y mediático, de la represión, de las guerras, de las armas y de las diferencias entre culturas, géneros y civilizaciones. Solo queda una cosa…

Jesucristo despierta sobresaltado, con el fuego de la verdad en sus ojos. Ahora la humanidad ve la realidad tal y como es, no como querían que la viésemos. Adopta una actitud seria pero pacífica; su corona de alambre desaparece, ya nadie le oprime. Es entonces cuando la catedral de la que su misma barca había salido comienza a desmoronarse… El fin de la religión o, al menos, el fin de las instituciones y los intereses religiosos. De su interior hemos extraído los valores necesarios para la convivencia (representados en Jesucristo), pero ya nunca más será necesaria su fachada, su sistema organizativo, ni su materialización. Si os habéis fijado, en la fachada de la catedral estaba custodiada por la cabeza de un terrible diablo (muy similar a Drako…), que se derrumba con la estructura entera. No más demonios, ni imaginarios ni reales. Yo diría que incluso los de Heliofant se atreven a señalar lo que custodiaba el mal…

La cuestión es que nos dicen que los fundamentos de las religiones son importantes y valiosos (en cuanto al ámbito de convivencia terrenal, no trascendental), pero toda la parafernalia y fanatismo que gira a sus alrededores son innecesarios, falsos y opresores en cierta medida. 

 

Por último, mientras Jesucristo se dirige a la libertad del ancho mar, unos meteoritos dirigidos desde el sol destruyen los últimos símbolos religiosos, las Pirámides. La humanidad ya no está controlada por nada ni nadie, ni creencias ni personas; ni supersticiones ni gobernantes; ni dinero ni guerras de intereses. El mundo es libre por fin. Ya no somos mascotas.

Espero que os haya gustado mi interpretación. Creo que no es la paranoia mental sobre el Anticristo ni el fin del mundo que podéis leer en otras webs. Yo tengo esperanza en nosotros y creo que este vídeo no es solo una llamada de atención, también supone la última creencia de la humanidad: un futuro mejor. Los mismos Heliofant nos lo han repetido durante toda la animación, tenemos las herramientas para conseguirlo.

En cuanto a contenido artístico, los de Heliofant disponen de toda una planta de diferentes artistas (bailarines, músicos, dibujantes, animadores, fotógrafos… etc, etc) y se nota el inmenso trabajo grupal que hay detrás de esto. Me gusta que nos quieran vender la unidad de las personas no solo a través del mensaje de su trabajo, sino en su trabajo en sí.

Beben muchísimas influencias del surrealismo, de lo onírico y lo sutil. El arte religioso es constante en cada toma, hasta en la arquitectura ficticia. Lo que tiene este tipo de obras es que todo cuenta a la hora de transmitir significado: el color, la posición, la perspectiva, la armonía… TODO. Así que si me pusiera a analizar técnicamente toda toma, me tocaría escribir otra entrada como esta.

Es muy básico y sencillo, y eso funciona, porque nos transmite las emociones más primarias de una manera directa. ¿Acaso no os han dado un poquito de mal rollo las primeras tomas? Funciona, funciona.

Con esto me despido. Quién sabe, quizá vuelva pronto.

¡Un saludo, amigos!